Científicos ecuatorianos buscan utilidad científica en hielo de Antártida
Jóvenes investigadores del Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador (CIBE), egresados de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) y a través de un convenio con el Instituto Antártico Ecuatoriano (Inae) recorrieron la Antártida en busca de muestras de tierra y agua desde el 2010. El objetivo es encontrar microorganismos para analizar su funcionalidad en áreas de agricultura, alimentos, medicina y medioambiente.
Mediante el proyecto denominado ‘Microorganismos antárticos: aislamiento, identificación, preservación y evaluación de su potencial biotecnológico’, han aislado 400 microorganismos que dejaron el hielo antártico por cajas de refrigeración en los laboratorios del CIBE.
La bióloga Lorena Monserrate, de 27 años, viajó a la Antártida entre febrero y marzo del 2013, tras la huella de bacterias y hongos que puedan ser aplicados en biorremediación ambiental. Previamente, un estudio realizado por la Facultad de Ingeniería Marítima de la Espol detectó en el continente helado algunos puntos de contaminación por concentración de metales pesados como plomo, mercurio y selenio. Las 18 muestras que Monserrate extrajo de la Antártida ahora reposan en cajas Petri, pequeños envases circulares de plástico. Ahí se expanden, tomando las más variadas formas y colores. Todas las muestras pasaron por la extracción de ADN y secuenciación -varias copias de material genético-.
En estos exámenes cuentan con el respaldo de laboratorios de la Universidad de Florida, en Estados Unidos. Luego, para codificarlos o identificarlos, ingresan los resultados a una base de datos universal.
Otro de los jóvenes investigadores es el ingeniero Jeffrey Vargas, de 26 años, quién detectó un hongo que se adhería a las cajas de plástico. Luego de ocho meses de trabajo comprobó que el hongo comenzó a diluir el plástico. Este descubrimiento ayudaría a reducir la contaminación en un mundo que consume más de 1 millón de bolsas plásticas por minuto.
Los estudios generales de la Antártida revelan que sus hielos conservan más de 50000 clases de microorganismos .Este proyecto del Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador tiene el respaldo de la Senescyt, que aportó con un presupuesto de por lo menos USD 200 000.