Jóvenes entre 15 a 29 años prefieren la unión libre en vez de matrimonio
Un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) señala que el 22,14% de la población de 15 a 29 años vive en unión libre. Quienes dieron el sí ante un juez o un líder religioso apenas representan el 15,9%. Y la mayoría (el 58,27%) es soltero.
El Código Civil ampara este tipo de unión. Y la define como una relación “estable y monogámica, de más de dos años entre un hombre y una mujer libres de vínculo matrimonial, con el fin de vivir juntos, procrear y auxiliarse mutuamente, lo que da origen a una sociedad de bienes”.
En Guayaquil, la unión libre enamora al 36% de su población adulta. Así lo refleja un estudio de la firma Location World, publicado en noviembre del 2013. A diferencia de Quito donde, por ejemplo, el 78% de adultos (de 30 a 64 años) está casado.
Para el sociólogo Carlos Tutivén, el hecho de que cada vez más parejas se alejen del Registro Civil y de las iglesias es consecuencia de una “hipersecularización”. “La sociedad está viviendo una acelerada disolución de valores y tradiciones. Los pactos sociales como el matrimonio, que antes mantenían a la sociedad articulada en base a normas, hoy son reemplazadas por otros”.
Otra muestra de que el matrimonio está perdiendo parejas es su corta durabilidad. En el ranking por provincias del INEC, los matrimonios duran, en promedio, 17 años en Bolívar, Morona Santiago; 16 en Carchi, Esmeraldas, Manabí; y hasta 15 en El Oro. Allí no aparecen Guayas ni Pichincha. “Ahora prima un individualismo hedónico -explica Tutivén-, en especial en la parejas de clase media. El matrimonio, concebido como estar juntos hasta la muerte, queda muy relativizado a favor de un proyecto de vida personal”.