En una entrevista concedida al diario The Washington Post, el presidente Guillermo Lasso asegura que la muerte cruzada fue un acto de generosidad para el país.
Tras disolver la Asamblea Nacional el 17 de mayo, a través del decreto de muerte cruzada, el presidente Guillermo Lasso aseguró al diario The Washington Post, que él también se va.
Entre sus planes, según dijo Lasso al medio estadounidense, no está ser candidato para las elecciones extraordinarias de 2023, prevista para el 20 de agosto.
“Mi objetivo no es evitar que alguien regrese a Ecuador”, expresó Lasso en referencia al retorno del expresidente Rafael Correa.
Durante la entrevista, que fue concedida desde Carondelet en Quito, la noche del 18 de mayo, Lasso señaló que usará estos últimos meses de su Gobierno para impulsar reformas en seguridad, infraestructura, educación y salud.
Además, el Presidente rechazó las críticas de que su decisión de llamar a la muerte cruzada fue motivada por cálculos políticos.
Y aseguró que había tomado la decisión de invocar el mecanismo días antes del juicio político, pero solo después de “estar seguro de que tenía el apoyo militar“.
Según el Mandatario, la muerte cruzada debe ser vista como una salida a la crisis política y la describe como un acto de generosidad para el país.
Un acto “para acortar el periodo presidencial… y para no mirar el vergonzoso espectáculo de políticos pelando”.
El diario añade en la entrevista que a Lasso no le interesa quién lo reemplace, pero le desea suerte al sucesor.
También le recomienda que si el futuro presidente enfrenta una crisis política similar, no tenga miedo de aplicar la muerte cruzada.