Colada morada una bebida tradicional
Hace cientos de años atrás, nuestros ancestros nos enseñaron a tomar, cada vez que enterraban a sus muerto, la tradicional bebida derivada de la chicha de maíz llamada Colada Morada, convirtiéndose así en una de las celebraciones más arraigadas de nuestra cultura.
Con la colonización española y el cristianismo en América, poco a poco esta tradición fue adoptada por nuestros aborígenes, cambiando con el pasar del tiempo su elaboración e ingredientes.
La iglesia Católica, en su afán de guiar hacia la salvación a los fieles, introdujo en el calendario litúrgico un día específico para dedicarlo a rezar por las almas del purgatorio (2/11).
Los católicos se manifiestan en el cuidado y adorno de las sepulturas, así como en la preparación de la tradicional colada morada y las guaguas de pan. Es por eso que el dos de noviembre sigue siendo para muchos un verdadero reencuentro con los antepasados.
En esta fecha, todos comparten no solo la comida sino también, sino que también hacen al difunto participe de las novedades e inquietudes de la familia con los acontecimientos ocurridos desde su partida o desde la última vez que lo visitaron.
Se come unos panes llamados “guaguas” (en Quichua = niñas). A estos panes acompañan con una bebida espesa que se llama “colada morada”, por su color. Para su preparación se utiliza harina de maíz negro, mortiño, mora y otros ingredientes como: canela, ishpingo (flor de canela), clavo de olor, azúcar y arrayán.